Salas de calderas renovadas y más eficientes
Una de las intervenciones más destacadas fue la de Eduardo Elejabeitia, Responsable de Producto de Caldera de Pequeña y Mediana Potencia en Viessmann, que centró su charla en hablar de la importancia que tiene para los propietarios de viviendas renovar las salas de calderas de sus edificios. El representante de Viessmann señaló que uno de los temas más conflictivos que se suelen dar en las comunidades de propietarios está relacionado con la calefacción central debido, entre otras cuestiones, “a la disparidad de sensibilidades de los propios vecinos”.
Esto suele ser así, explicó Elejabeitia, porque muchas de las salas de calderas que existen en estos edificios suelen ser “instalaciones obsoletas” que derrochan mucha energía, con generadores, bombas y sistemas poco eficientes, cuyos criterios energéticos están calculados desde hace muchos años y no coinciden con los actuales, lo que supone “un coste de mantenimiento excesivo” y, además, “no consiguen aportar el mismo grado de confort a todos los vecinos”, de ahí que muchos piensen que la solución está en la individualización del servicio, “algo que en la mayoría de los casos no es posible ni técnica ni económicamente”.
Eduardo Elejabeitia apuntó que los generadores de calor obsoletos “emiten gran cantidad de gases de efecto invernadero perjudiciales para la salud, siendo una parte importante de la contaminación de las grandes ciudades”. Afortunadamente, tal y como comentó el representante de Viessmann, muchas comunidades de propietarios han ido realizando con el paso del tiempo importantes mejoras en sus viviendas, tanto en aislamiento exterior, interior y de suelos, como en cerramientos y cambios de emisores, que ha supuesto importantes ahorros al reducirse el consumo de energía.
Reformar una sala de calderas, afirmó Elejabeitia, supone importantes ventajas. Por un lado, se consigue adaptar la producción de calor a las mejoras realizadas en las viviendas, a la vez que aumenta el confort al conseguir un ajuste de la temperatura a las necesidades reales. Asimismo, facilita la implantación de sistemas de medición individualizada y la instalación de sistemas de control individual, lo que supone un ahorro considerable en combustible que, según el grado de reforma, puede llegar hasta el 35%, con una amortización de la inversión que puede llegar a ser de cinco años. Además, la modernización de las salas de calderas reduce los costes de mantenimiento, posibilita la telegestión y supone un beneficio para el medio ambiente al reducir hasta un 25% las emisiones contaminantes.